La prima de mi mejor amiga

En esta ocasión quiero compartir con todos vosotros lo que me sucedió con la prima de mi mejor amiga.
Todo sucedió un miércoles por la tarde noche. Era un miércoles más, en el que yo acudía a visitar a mi mejor amiga para conversar o improvisar hacer algo juntas como ir de compras, salir a tomar una copa, etc... Ya sabéis, cosas de chicas... Al llegar a casa de Elena (mi amiga) comprobé que no estaba sóla. Cuando me recibió como siempre con dos besos y un abrazo me dijo:
-Eeey! Hola amiga, pasa, pasa.
Yo: Qué tal Ele? Uy! no pensé que tendrías visita, como no me avisaste y siempre quedamos los miércoles...
Elena sobre la marcha me respondió sonriendo:
-Oh, no, no es exactamente una visita. Es mi prima Marta que acaba de llegar para pasar unos días. Pero ven, que te la presento.
La seguí hasta la cocina y al llegar justo a la puerta pude ver a una escultural morena de pelo liso largo que en ese momento nos daba la espalda. Enseguida se giró y saludó.
Momento en el que mi amiga dijo:
-Mira Marta, te presento a Laura, mi mejor amiga; Laura, esta es mi prima Marta, la chica recién llegada volvió a sonreir...
-Hola Laura. Es un placer por fin conocerte. Mi prima me ha hablado de tí.
-Igualmente, el placer es mío.
-Bueno, continuó Marta, la cena ya casi está.
-Oh, perfecto primita. Aprovechamos para invitar a Lauri y luego se me ocurre que podemos salir las tres a dar una vuelta y tomar una copa. Les parece bien?
Las tres nos miramos y digimos estar totalmente de acuerdo, justo cuando se escucha el sonido de un móvil sonando.
-Es mi móvil, dijo Elena, en un segundo estoy con vosotras de nuevo chicas.
Yo asentí con la cabeza, mientras Marta nuevamente de espaldas a mí, intentando escurrir la pasta, también asentía con la cabeza.
-Espero que te guste los spaguettis a la carbonara, me dijo Marta apuntándome con esos ojos negros que me dejaron por un momento sin habla.
-Sí, claro!De echo, la pasta es uno de mis platos favoritos.
Ambas escuchamos que Elena se acercaba...
-Chicas, "malas noticias". Me llamaron del trabajo. Al parecer hay un problemita con uno de los documentos que deben presentarse en la imprenta mañana, por lo que debo salir, aunque sólo será un momento. Os importa cenar sin mí? Estaré aquí más tarde para ir a por esa copita.
La verdad, es que no mo me alegró mucho la noticia, porque los miércoles era la tarde intocable para nosotras, pero como ya se sabe, trabajo es trabajo. Así que con cara de aquí no pasa nada, la animé y le dige que por mí no había problema, así servía para entablar amistad con su prima.
Marta, no le dio importancia diciéndole que no se preocupara.
Una vez se fue Elena, me quedaba sóla con aquella hermosa mujer, cuya mirada intensa me había dejado sin hablar durante algunos segundos momento antes.
Bueno, le dige: Venga, que te ayudo a poner la mesa. Me dirigí hasta el mueble de la cocina donde estaban los platos. Apoyé mi mano sobre la encimera para impulsarme un poquito, cuando de pronto siento a Marta, casi apoyando todo su cuerpo contra mi espalda diciéndome muy suavemente: La sal...necesito la sal. Como pude, tomé los platos, mientras trataba de que no se me notara la sacadudida que ese susurro y su cercanía había provocado en mí.
Las dos disfrutamos de la cena, en la que ambas la compaginamos con miradas y algún que otro roce de nuestras manos al compartir el vino. Estaba claro que Marta me había impresionado tanto, su mirada, su cuerpo bien marcado, sus pechos... En fin, era una diosa.
Al acabar la cena, ambas nos dirigimos al sofá más largo para ver la tele hasta que Elena regresara. Yo me senté, mientras que ella se recostó poniendo las piernas a tan sólo centímetros de mis muslos. Su piel era morena y parecía tersa, muy suave. Y con el minúsculo vesido que llevaba, aún brillaba más. Así estuvimos unos minutos, en los que mientras se creó un pequeño silencio me preguntaba que encerraba su cuerpo por debajo de ese vestidito. Pero...algo me hizo reaccionar: Era el pie de Marta que empezaba a rozar mi muslo. Con sus dedos recorría toda mi pierna. Cuando lo pude sentir, la miré sonriendo y ella me correspondió con una sonrisa de niña mala y con aquellos ojos en los que pude ver escrita la palabra deseo. Enseguida, le acaricié el pie con mi mano izquierda al mismo tiempo que acompañaba su movimiento. Sientiendo su piel y comprobando efectivamente lo tersa y suave que era. Proseguí inclinándome un poco hacia adelante para acariciarle su pierna, sin dejar de mirarla. Me incliné un poco más, posicionándome de cuclillas sentada entre sus piernas. Comencé a besar su pierna derecha al mismo tiempo que sentía que su pie izquierdo rozaba mi pezón derecho, lo que porvocó que me exitara mucho más. Reaccioné acariciando su pierna con mi lengua de forma muy sensual. Ella respondió con un: Uuuummm... que rico besas. Me gusta mucho tu lengua... Me dejas que la pruebe? En ese momento comencé a subir por sus caderas, besando su cuerpo con sensualidad y sin dejar de mirarla. Finalmente me coloqué sobre ella, sintiendo como nuestros pechos se rozaban y se endurecían aún con la ropa puesta. Alcancé su cara y colocando mis brazos a su alrededor y sujetándome al sofá, acaricié sus labios suavemente con los míos mientras sentía que sus manos me sujetaban la espalda. Aparté mi boca un instante para ver su carita de deseo y exitación. Enseguida quiso atrapar mi boca nuevamente, pero a medida que ella se acercaba, yo me retiraba hacia atrás impiediendo que me alcanzara hasta que logré lo que quería, que ambas quedáramos sentadas frente a frente en el sofá. Fui yo quien entonces la tomé por la cintura y la besé apasionadamente. Enseguida sentí como su lengua imbadía mi boca. Estaba calentita y enseguida me exitó aún más, notar con qué intesnidad buscaba la mía. Pronto bajé por su vestido con mis manos, con el fin de desvestirla. Me encantaba el tacto de su piel. Esa mezcla de exitación y deseo me estaba poniendo cada vez más caliente. Le subí el vestido mientras mis manos recorrían sus caderás. Mientras nuestras lenguas ya jugueteaban como si de la guerra más dulce y exitante se tratara, ella desabrochó en un instante toda mi blusa. Seguí subiendo por debajo de su vestido hasta sus pechos. Uff! que pechos!! Firmes, no exageradamente grandes y ahora bien exitados. Marta apartó finalmente mi blusa de botones, quedando frente a ella casi desvestida.Comenzó a besarme el cuello con delicadeza a medida que mis manos acariciaban sus pechos. Sentí otra fuerte sacudida cuando acaricié sus pezones con mis dedos y Marta gimió muy cerca de mi oído. Qué momento!. La miré un instante y finalmente le retiré su vestidito. Guau! Ahí estaban sus pehos, con los pezones bien duros y con su piel un poco erizada por la exitación. Se aferró de nuevo a mí cuello mientras con un movimiento de su cuerpo me invitó a acostarme debajo de ella. Sin dudar lo hice. Ahora era ella la que estaba colocada sobre mí. Su lengua recorría mi cuello de arriba a abajo de forma muy sensual. Subió y bajó hasta que no pude más y solté un gemido. Subió a mi oído y me susurró. Estás bien rica...sabes? Me encanta tu olor, tu cuerpo, incluso el sabor de tu piel. Te voy a hacer mía. Voy a devorar toooodo tu cuerpo. Uff! yo estaba que no podía más. Empecé a acariciar su espalda desnuda, mientras ella bajaba definitivamente por mi cuello, al mismo tiempo que deabrochaba mis pantalones. Enseguida llegó a mi pezón izquierdo, y sin pensarlo un instante, sacó la lengua y sin dejar de mirarme acarició mi pezón totalmente duro con la puntita de su lengua. A partir de ahí mis gemidos fueron más seguidos. Tomó mi pezón en su boca, comiéndoselo todo, mientras su mano derecha abarcaba por completo mi pecho izquierdo. Yo la tomé por el cabello con suavidad y la movía hacía adelante y ahacia atrás sientiendo como mi pezón entraba y salía de su boca. Al momento, siguió besándome y acariciándome con su lengua bien húmeda camino de mi otro pecho. Momento en el que sin dudarlo, deslicé mis manos por su cintura hasta llegar a su tanguita. Le acaricié las nalgas, siguiendo el recorrido de su tanga hasta posicionar mis manos en ambos lados de sus caderas. Mientras Marta se encargaba de mi otro pecho yo con mis dedos, le retiraba sus braguitas. Estaba loca por sentir la humedad de su coño. Al sentir que la dejaba totalmente desnudita me bajó el pantalón sin dejar de comerme el pezón. Paró un instante para retirarme totalmente el pantalón, momento que aproveché para poner mis manos en su cintura y con delicadeza poder bajar con mis dedos por su pubis. Marta se volvió a colocar sobre mí, esta vez con su culito en pompa ya que mis manos le impedían colocarse por completo encima de mí. Volvió a mi pezón mientras sus manos recorrían mis hombros. En ese momento mi mano derecha se dirigío hasta su coño. Uff, está totalmente mojada. En ese momento que ella sintió mi dedo en su clítoris, gimió más fuerte que antes. Apreté su clítoris con delicadeza, pero con deseo y poco a poco comencé a frotárselo hasta ponérselo bien gordito. Ella, compaginaba sus gemidos con su recorrido cintura abajo, besando y lamiéndome por completo en su recorrido. Yo mientras, con mi mano izquierda agarraba y apretaba su nalga derecha. Mientras con los dedos de mi mano derecha recorría el centro de su coño, apartando sus labios y haciendo que se estremeciera. Pronto Marta llegó a mis braguitas y mirándome me preguntó: Te gusta mi coño? Le respondí mientras me apretaba los labios con deseo, que me volvía loca su coño. Me volvía loca ver como se estremecía con cada roce que le daba. Ella besó mi coño encima de mis braguitas mientras seguí el movimiento que el roce de mi dedo el provocaba. Cuando quise darme cuenta, ella se había encargado de dejarme totalmente desnuda y a su merced. Ya sin las braguitas, me separó bien la piernas, dejando todo mi coño bien depilado a su calcance. Besó y lambió mis ingles, y ayudándose de sus manos apartó mis clítoris y acercándose con la lengua le dio un lenguetazo bien intensó provocándome el mayor de los placeres. Mis manos se detuvieron, ya que no quería que ella se corriera todavía, estaba loca por llegar con ella al orgasmo y corrernos juntas. La tomé por el cabello con un poco más de fuerza que la anterior vez y la apreté contra mi coño. Dios! que bien se lo comía! Me tenía como loca. Mis gemidos cada vez eran más seguidos y mi exitación más contínua. Me volvía loca sentir como su lengua recorría cada centímietro de mi coño, como bajaba por mis labios y los separaba. Y cuando los atrapaba un instante con su boca y los chupeteaba me hacá enloquecer de placer. Subió de nuevo a mi clítoris y luego de comérselo y juguetear nuevamente con él, con sus manos me invitaba esta vez a sentarme en el sofá. Enseguida la seguí y pronto las dos nos posicionamos en una rica y exitante tijera. Ambas soltamos un intenso gemido cuando nuestros clítoris se encontraron. Ambos se frotaban mientras nuestro movimiento se aceleraba cada vez más. Marta me chupeteba nuevamente el cuello. mientras sus manos apretaban mis pechos. Yo la sujetaba por el cabello y acariciando su oreja con mi lengua le susurraba: Me encantas!, así...así, muévete así nena...uuf, que rico lo haces. Esto provocó que Marta me tomara fuerte de las caderas y empezara a moverse y a moverme con ella cada vez más rápido mientras nuestros gemidos cada vez eran más fuertes e intensos. Yo ya no podía aguantar más: Me corro, me corro! le dige. Ella entre gemidos me decía, eso nena, vente conmigo, córrete conmigo en mi coño. Un instante después, sentí como mis fluídos salían de mi coño invadiendo por completo el coño de Marta. OOoooooh, ooh... ooooh...sólo pude decir, ella ya a punto de correrse seguía guimiendo y diciéndome dámela toda, la quiero así, toda... Momento en el que terminó con un intenso gemido que provocó su orgasmo. OOoooooh, sí, sí, nena! toma, toma!! uff, se había corrido totalmente en mi coño. Sus fluído se mezclaban ahora con los míos, mientras ambas nos abrazábamos intentarnos calmarnos... Instantes después, nos miramos y sonreimos. Quedamos así algunos minutos. Luego de relajarnos un poco, nos vestimos y seguimos esperando a Elena quien llegó 10 minutos después. Al llegar nos encontró a las dos en el sofá como si nada, y con cara de circuntancias dijo. Siento haberme retrasado tanto chicas, es que las cosas se complicaron un poco. Espero que no os hayáis aburrido mucho. Marta y yo nos miramos y ambas hicimos un gesto de negar con la cabeza mientras sonreíamos levemente. Después y tal y como habíamos quedados nos fuímos a tomar esa copita que estaba pendiente.
En cuanto a Marta y a mí, nos seguimos viendo a "esconcondidas" para repetir y disfrutar de momentos como el que tuvimos el día que nos conocimos. Y que a ambas nos hizo practicamente tocar el cielo.

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